Título: Drive
Año: 2011
País: EEUU
Duración: 100 min.
Sinopsis
Driver (Ryan Gosling) trabaja en un taller y es conductor especialista de cine. Shannon (Brian Cranston), su jefe, que conoce bien su talento al volante, le busca directores de cine y televisión o criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose la correspondiente comisión. Pero el mundo de Driver cambia el día en que conoce a Irene (Carey Mulligan), una guapa vecina que tiene un hijo pequeño y a su marido en la cárcel.
Tan lírica como sangrienta podría ser un buen titular para describir el film del que hablamos. La tónica de la película se caracteriza por la contención, tanto en sus escenas más delicadas y entrañables, como en las que se sucede la explosión de brutalidad contenida.
Se pude ser testigo en el film una escena violenta tras acabar de visionar una de las escenas más románticas que he visto nunca, con unas exquisitas condiciones de luz, banda sonora, velocidad de la imagen, interpretación de los actores y un largo etcétera.
Una película homenaje del cine negro de los ochenta, muy evidentes por cierto los tintes ochenteros, en la estética general de la película, empezando por el cartel mismo, y acabando con la banda sonora, vestuario o escenografía.
Mención especial para todo el reparto, especialmente para los protagonistas: Carey Mulligan, la chica protagonista de la historia, y Ryan Gosling, ese escorpión que por mucho que lo intente no puede reprimir la verdadera naturaleza que lo impulsa a sus actos, y que sólo su presencia consigue llenar la pantalla en los primeros cinco minutos de la película en los que el guión es inexistente.