Director: Drake Doremus
Año: 2011
País: Estados Unidos
Like crazy es la película ganadora del festival de Sundance (2011),
festival de cine independiente internacional más importante, que ofrece la
oportunidad de dar a conocer a jóvenes directores, como en el caso del director
de este entrañable film, Drake Doremus.
Y es que, efectivamente, es una historia de locos. Dos personas que se conocen y se enamoran tan locamente y que luego tienen que lidiar con la distancia. No queda claro si se siguen amando por lo que son o más bien aman lo que eran; la barrera siempre tan difícil de romper, la del apego al pasado, la nostalgia, el miedo a arrepentirse, a pasar página quizá, a las comparaciones, siempre y siempre tan odiosas, a estar solos.
Y es que, efectivamente, es una historia de locos. Dos personas que se conocen y se enamoran tan locamente y que luego tienen que lidiar con la distancia. No queda claro si se siguen amando por lo que son o más bien aman lo que eran; la barrera siempre tan difícil de romper, la del apego al pasado, la nostalgia, el miedo a arrepentirse, a pasar página quizá, a las comparaciones, siempre y siempre tan odiosas, a estar solos.
Se trata de una película con un talante estético abrumador, empezando por
la belleza de la protagonista de este romance, la ganadora a mejor actriz
revelación en los Gotham Awards por Like crazy, a la que ya se le vaticina un
futuro de éxito. Es de resaltar de hecho, las interpretaciones de ambos
protagonistas, Felicity Jones y Anton Yelchin. El argumento es relativamente sencillo:
chico conoce a chica, se enamoran locamente, son jóvenes, son el uno para el
otro el primer amor. Luego se complican un poco las cosas, que o se acabarán
resolviendo o no, pero eso se sabrá con el tiempo, con paciencia.
La sal de la historia reside en las particularidades de cada uno de los
personajes que aparecen, así como en la belleza de la envoltura material tras la
que se esconde el particular mundo de significados propios que se construyen en
una relación amorosa profundamente intensa, como es la que se nos muestra en este film. Destacar también el guión, destinado a castigar a
los personajes una y otra vez, pero con una delicadeza tan tierna, la justa
para transmitir el tono emocional, pero sin sentimentalismos fáciles e innecesarios;
y por supuesto el final, del que obviamente no hablaré, pero que Drake Doremus lanza
como un jarro de agua fría: ¿optimista o pesimista? Yo ya hice mi interpretación
y os animo a que veáis la película y extraigáis la vuestra propia.